En el ajetreo de la vida diaria, encontrar un momento de paz y conexión espiritual puede parecer un desafío. Sin embargo, la tradición del Santo Rosario nos ofrece un refugio, una oportunidad para detenernos y meditar en la vida de Jesús y María. Para este lunes, la Iglesia nos invita a contemplar los Misterios Gozosos, un camino de esperanza y alegría que ilumina nuestro corazón.
Te invitamos a unirte a esta oración ancestral y descubrir la serenidad que puede traer a tu día. Prepárate para un encuentro personal con lo divino mientras recorremos juntos los misterios de hoy.
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Los Misterios Gozosos: La Alegría que Transforma tu Lunes
Cada lunes, los Misterios Gozosos nos recuerdan la llegada de la gracia divina a la humanidad. Son momentos de asombro y entrega que María vivió con una fe inquebrantable. Al meditar sobre ellos, podemos aprender a recibir la voluntad de Dios en nuestras propias vidas con la misma apertura.
Aquí están los misterios que te proponemos contemplar hoy:
- Primer Misterio: La Anunciación del Ángel a María.
- Reflexión: ¿Cómo recibes las noticias inesperadas en tu vida? ¿Estás abierto a que Dios te revele Su voluntad, incluso cuando es sorprendente o desafiante? Medita en la humildad y la obediencia de María.
- Segundo Misterio: La Visitación de María a su prima Santa Isabel.
- Reflexión: ¿Qué tan dispuesto estás a servir a los demás con alegría, llevando la presencia de Jesús contigo? Piensa en la caridad y el desinterés de María al compartir su gozo.
- Tercer Misterio: El Nacimiento de Jesús en el Portal de Belén.
- Reflexión: En un mundo que valora lo material, ¿cómo encuentras la verdadera riqueza en la sencillez? Contempla la humildad de Dios hecho hombre y el valor de la pobreza de espíritu.
- Cuarto Misterio: La Presentación de Jesús en el Templo.
- Reflexión: ¿Qué sacrificios estás dispuesto a hacer por amor y por obediencia a la fe? Medita en la purificación y la obediencia de María y José a la ley divina.
- Quinto Misterio: El Niño Jesús Perdido y Hallado en el Templo.
- Reflexión: En los momentos de incertidumbre, ¿dónde buscas a Jesús en tu vida? Reflexiona sobre la perseverancia en la búsqueda de la verdad y la sabiduría divina.
¿Cómo Rezar tu Rosario de hoy lunes? Un Paso a Paso para el Alma
Rezar el Santo Rosario es un diálogo íntimo con Dios y con María. No se trata de memorizar palabras, sino de dejar que cada oración te guíe a una meditación más profunda.
- Inicia con la Cruz: Sostén tu crucifijo, haz la Señal de la Cruz y reza el Credo de los Apóstoles.
- Preparación de la Decena: En la primera cuenta grande, un Padre Nuestro. Luego, en las tres cuentas pequeñas, tres Avemarías (pidiendo fe, esperanza y caridad) y un Gloria.
- Medita cada Misterio:
- Anuncia el misterio del día (ej. «Primer Misterio Gozoso: La Anunciación»).
- Dedica unos segundos a meditar en el pasaje bíblico y la reflexión propuesta. Deja que la imagen y el significado resuenen en tu corazón.
- Reza un Padre Nuestro, seguido de diez Avemarías (una por cada cuenta de la decena).
- Finaliza la decena con el Gloria y la Oración de Fátima («Oh Jesús mío…»).
- Continúa: Repite este proceso para los cinco misterios del día.
- Cierre con la Salve: Al terminar, reza la Salve y una oración final por tus intenciones o por las del Santo Padre.
Permite que cada Avemaría sea un latido de amor hacia María, mientras tu mente se sumerge en los acontecimientos de la vida de Jesús.
La Promesa de Paz en tu Lunes
Elegir rezar el Santo Rosario de hoy lunes es elegir un camino de paz. Es un tiempo para soltar las preocupaciones, para recordar la presencia de Dios en los detalles más pequeños de nuestra vida, y para crecer en las virtudes de María y Jesús.
Que este momento de oración te llene de fortaleza, serenidad y la alegría que nace de la fe. ¡Que tu lunes sea bendecido con la gracia del Santo Rosario!

Comencemos con el rezo del Santo Rosario de hoy Lunes.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador Padre y Redentor mío. Por ser Tú quién eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa que puedes castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Señor, ábreme los labios.
Y mi boca proclamará tu alabanza.
Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Contemplamos los misterios gozosos
Primer misterio. La encarnación del Hijo de Dios.
María dijo al ángel. Cómo será eso? Pues no conozco varón. El ángel le contestó. El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su manto, Por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ofrecemos este misterio por todas las madres, especialmente por las que están tentadas al aborto.
Padrenuestro.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Avemaría.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
María, Madre de gracia.
María, Madre de gracia, Madre de misericordia.
Defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh, Jesús Mío.
Oh Jesús mío, perdónanos. Líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas.
Segundo misterio. La visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
Ofrecemos este misterio por los misioneros, los catequistas y cuantos trabajan en la expansión del Evangelio.
Padrenuestro.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Avemaría.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
María, Madre de gracia.
María, Madre de gracia, Madre de misericordia.
Defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh, Jesús Mío.
Oh Jesús mío, perdónanos. Líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas.
Tercer misterio. El nacimiento del Hijo de Dios.
Cuando los ángeles los dejaron, los pastores se decían unos a otros Vamos derechos a Belén a ver eso que ha pasado y que nos ha comunicado el Señor. Fueron corriendo y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, les contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Ofrecemos este misterio por los niños, especialmente los recién nacidos.
Padrenuestro.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Avemaría.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
María, Madre de gracia.
María, Madre de gracia, Madre de misericordia.
Defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.\
Oh, Jesús Mío.
Oh Jesús mío, perdónanos. Líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas.
Cuarto misterio. La presentación de Jesús en el templo.
Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo. Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador. Su padre y su madre estaban admirados de las cosas que se decían de él. Ofrecemos este misterio por los ancianos, para que como Simeón, nunca pierdan la esperanza.
Padrenuestro.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Avemaría.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
María, Madre de gracia.
María, Madre de gracia, Madre de misericordia.
Defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh, Jesús Mío.
Oh Jesús mío, perdónanos. Líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas.
Quinto misterio. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo.
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre, y cuando terminó, se volvieron. Pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo supieran sus padres.
Padrenuestro.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Avemaría.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
María, Madre de gracia.
María, Madre de gracia, Madre de misericordia.
Defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh, Jesús Mío.
Oh Jesús mío, perdónanos. Líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas.
Letanías de la Santísima Virgen.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos,
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial.
Ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo.
Ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo.
Ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios.
Santa María,
Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios,
Ruega por nosotros
Santa Virgen de las Vírgenes,
Ruega por nosotros,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la Misericordia
Madre de la divina gracia,
Madre de la Esperanza
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los migrantes
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Oración.
Te pedimos, Señor, nos concedas a nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos librados de las tristezas presentes y gocemos de la eterna alegría. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Por las intenciones del Santo Padre.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Avemaría.
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Una Salve a la Virgen.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Jaculatoria final.
Ave María Purísima.
Sin pecado concebida.
Hemos culminado con el rezo del Santo Rosario de hoy Lunes.
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